KARATE DO: Más que puños y patadas; una forma de vida.
El día sábado 4 de junio en Hombu Doyo Argentina, Córdoba a las 18 horas previo a la Clase de Danes se realizó la ceremonia de cambio de categoría,en donde Walter Rodolfo Perez (Sensei a cargo de la filial de Rio Tercero) fue ascendido desde cinturón negro 6º Dan a 7º Dan Kyoshi.
Walter tiene 54 años, y se a convertido en uno de los 30 Sensei que poseen categorias superiores dentro de esta escuela de Karate Shin Shu Kan Argentina, que a su vez tiene un número de aproximado de 15000 alumnos e instructores.
Para quienes no lo conocen, Sensei Walter es una persona que cuenta con hemiparecia del lado izquierdo que afectan a su brazo y pierna, pero esta discapacidad motriz, no fue razón suficiente como para no querer desenvolverse de manera natural dentro del mundo de las artes marciales. Influenciado desde joven a traves de las peliculas de Bruce Lee comenzo la práctica del Karate Do hasta el día de hoy.
El karate me brindó coordinación psicomotriz, destreza, reflejos y capacidad de reacción. También me ayudó a tener más determinación, voluntad, fe, humildad y tolerancia (suele contar a sus alumnos).
¿Cómo es posible que cualquier persona que practique esta disciplina, logre adquirir tales virtudes y valores?
Esto se debe a que el Karate Do es una arte marcial tradicional que no solo se encarga de ejercitar y entrenar el cuerpo para la defensa personal a través de puños y patadas, sino también que pone en equilibrio tres partes fundamentales de nuestro ser: cuerpo, mente y espíritu. Es así que los denominados Katas son una parte fundamental del entrenamiento de un karateka, estos son la representación a través de una serie de movimientos de un combate real, pero en el cual uno se enfrenta consigo mismo, pudiendo a la vez desarrollarse física, mental y espiritualmente.
Además también el Karate posee una modalidad más deportiva, denominada Kumite. En este ya el combate no es con uno mismo, se tiene en frente a un oponente real, con el cual uno aprende a respetar, ser cortes y responsable, cuidando así el uno del otro, solo con el objetivo deportivo de acumular puntos necesarios para la victoria del combate.
De esta manera Sensei Walter ha logrado a travez de 40 años de práctica y una forma de vida basada en la lucha del día a día con humildad, respeto, cortesía, responsabilidad y alegría, obtener semejante reconocimiento, que llega desde el Doyo central de Brasil y luego será el turno de recibir la correspondiente certificación desde Japón.
Sin más que decir, sentí la obligación como alumno de esta escuela de transmitir que hoy en Río Tercero se encuentra un Gran Sensei. Que muchas veces por su gran humildad no es tan reconocido.